¡! a nadie le hace gracia

Que se pudran los extravagantes y que reviente en llamas los endieciochado, que se legalice la cerveza a la hora de almuerzo y el feriado con cara de despotismo.
Váyanse a la puta todos los que hablaron mal de mis letras y los que las odiaron también, no estoy ni ahí porque lo que dicen es todo lo que nunca podrán ser.

Hasta cuando con la tontera del narcisismo y los instintos banales de este mundo evangelizado por armas, estoy cansado, quiero ver una ciudad/país repleta(o) de gente a la que no le quede grande la autodisciplina. Prefiero irme a ‘La China’ que quedarme en un Santiago sometido a conciencias indómitas (los entupidos nos están ganando), porque vivimos en una sociedad a la que le falta fanatismo por el progreso. Ese mismo que se confundió con señores autócratas que saben de crecimiento económico y de buenos negocios.
Pero ya me fastidie, no me quedare esperando ni un minuto más porque no creo en los milagros, hay cientos de cosas mas interesantes en que creer.